sábado, 30 de junio de 2012

Día de la música (sábado)

Tras un gran viernes, el sábado parecía que también iba a estar a las altura y la verdad es que fue lo que ocurrió. Con una afluencia de gente ligeramente mayor (véase las numerosas camisetas de John Boy) que la del día anterior, el recinto y la organización siguieron respondiendo perfectamte, a excepción de la nefasta idea de habilitar zonas para ver el partido de fútbol. Es de considerar que si se va a un festival es para ver grupos y no para ver un partido de fútbol con un comportamiento cercano al de los hooligans en muchos casos. Dejando el fútbol al lado, nos centramos en los conciertos.

 Por la mañana hubo que madrugar para ver a Templeton. La numerosa banda se presentó en el escenario Mercado de la Música acompañada por una violinista y un trompetista. El setlist estuvo únicamente formado por temas de su último trabajo El murmullo. En directo suenan muy bien temas como Caminante o Miedo de verdad y en condiciones. El buen rollo que se respiraba en el miniescenario también contribuyó a disfrutar de su propuesta. Esperemos que poco a poco sigan creciendo, ya que es uno de los secretos mejores guardados del indie rock nacional.

A primera hora de la tarde, decidimos pasarnos por el UFI para conocer la propuesta de David Thomas Broughton. David es un tipo peculiar, al que le gusta combinar sus dotes musicales con las escénicas. Con una propuesta minimalista, basada en los loops y en su guitarra acústica, David ofreció un concierto diferente. Se bastó de su voz, su guitarra y una grabadora con varias cintas de casette para mostrarnos que es capaz de transmitir su música de una forma no muy convencional. En ciertos momentos del espectáculo, fue capaz de quitarse el reloj, las zapatillas o incluso subirse a las gradillas del UFI para descender dando patadas a los cascabeles. Propuestas originales y que no dejan de lado la calidad musical como la de David Thomas Broughton son de agradecer.

Inmediatamente después nos dirigimos al Rockdelux. Estábamos deseosos del concierto de James Vicent McMorrow en su primera visita a España y la verdad es que en los 45 minutos que ofreció nos quedó impresionados. Sin más acompañamiento que su propia guitarra y su teclado, el irlandés hizo gala de su personal voz, desmarcándose de odiosas comparaciones con Bon Iver y transmitiéndonos la delicadeza de su música. Un público entregado y respetuoso (a excepción de los que se van a mitad del concierto y los parientes/amigos de los Grushenka que nos dieron el concierto) interactuó fenomenalmente con la propuesta y las numerosas conversaciones del autor. Sonaron temas preciosos como Higher Love, Hear the noise that moves so soft and low o Follow you down to the Red Oak Tree para finalizar apoteósicamente con If I had a boat. Ojalá que regrese pronto con o sin banda.

Por otra parte Fanfarlo siguen mejorando día a día. Su segundo disco ya funciona mejor en directo, mostrando a sus miembros con gran soltura y desparpajo. Con un público valiente que aguantó perfectamente la solana de esas horas, la banda nos sedujo con temas de su primer trabajo como I'm a pilot o Comets junto con otros de su último disco como Tunguska o Feathers. En su concierto en Madrid dispersaron todas las críticas acerca de sus pop excesivamente geométrico demostrando que han crecido y que vienen pisando muy fuerte.

La propuesta de Christina Rosenvinge sigue teniendo  gancho. Por más veces que la he visto en directo no me canso. En este ocasión contaba con dos músicos de lujo como Raúl  Fernández (Refree) y Aurora Aroca (Boat Beam). El concierto se desarrolló entre los dos últimos trabajos de la artista, incluyendo también la preciosa Tú por mi. Christina lleva muchos años en esto, pero su afán por mejorar y ofrecer cosas nuevas sigue intaacto. Canciones como Jorge y yo o Tu sombra quedaron genial con los arreglos que ofrece Refree. Quizás los 45 minutos programados o el hecho de no tocar Canción del eco deslucieron un poco la siempre perfecta presencia de Christina Rosenvinge.

Despues de Christina tocaba regresar al calor infernal del exterior. Allí se encontraban como unos valientes, ataviados de negro los Spoon. La solidez y los temas de la banda resultan innegables, por ello pudimos observar a una Lourdes Hernández (Russian Red) bailando pizpireta entre el público. Seguramente sean de los artistas americanos más infravalorados por los medios, pero no por ello el público deja de aclamar canciones como The Underdog o You Got Yr. Cherry Bomb. La complicidad entre sus miembros resulta evidente ya que son capaces de comunicarse sin ningún gesto y tocar en su mundo, uniendo el sonido de sus instrumentos a la perfección. Esperemos que el tiempo les de la recompensa que se merecen.

Tras Spoon, había muchas ganas de ver a Mercury Rev defender el magnífico Deserter's Songs. Lo cierto es que no defraudaron y la banda de Jonathan Donahue y Grasshopper transmitieron todo el encanto del disco. Desde el inicio de Holes, el público se vino arriba. El carisma de Donahue también estuvo muy presente, ya que salió al escenario con una botella de vino, para posteriormente dejarnos perplejos con sus equilibrios y poses. Con Opus 40 y Gooddess on a hiway se alcanzó el clímax del concierto. Muchas de las personas que estaban allí vivieron con gran emotividad el concierto y es que como bien explicó Julio Ruiz, el disco trae consigo los recuerdos de amores veraniegos ya olvidados. Una vez finalizó el Deserter's Songs, Mercury Rev nos ofrecieron otros dos grandes temas de su discografía como son The Dark is Rising y Senses on Fire. De este modo se puso fin a uno de los mejores conciertos del festival.

Tras acabar Mercury Rev, intentamos llegar al concierto de Mikal Cronin, un californiano que promete mucho. Por desgracia ya había finalizado. Los que estuvieron allí presentes nos comentaron que el chaval ofreció un concierto desbordante de energía y buen garage rock. Esperemos que vuelva a girar pronto por España.

A eso de las 20.45 Love of Lesbian salían al escenario para hacer frente a sus dos horas de concierto programadas. Los catalanes han intentado renovar su repertorio con las canciones de su último disco, al mismo tiempo que ofrecen adaptaciones distintas de temas anteriores como el Octoplasta. De todas formas el público, sea de una manera o de otra, sigue coreando a John Boy o gritando cada estrofa de Me amo. Respecto al nuevo material comentar que también es vitoreado al unísono por sus fans por lo que se puede decir que continuan triunfando. Desde mi punto de vista, fue muy bonito poder volver a escuchar sus mejores y olvidados temas como Houston, tenemos un poema o Marlene, la vecina del ártico. Por último, mención especial a su adictivo nuevo tema 667.

Tras aguantar las dos horas de los lesbianos teníamos ganas de ver como se encontraban los Maximo Park. La banda de Paul Smith ha vuelto y parece que lo ha hecho con fuerza. Su rock facilón sigue gustando ya que han mantenido intacta la capacidad de crear himnos hipervitaminados. Abrieron con el temazo Girls who play the guitar para ofrecernos bastantes canciones del nuevo disco como Hips and Lips, The National Health o Write this Down. También tenemos que decir que el bueno de Paul sigue tan rebelde como siempre, tumbando ventiladores y lanzando micros al aire. Esperemos que sigan con ganas y no decaigan de nuevo.



Por último para cerrar el festival, teníamos nada más y nada menos que a Metronomy por primera vez en Madrid. Su último álbum The English Riviera fue uno de los más destacados del 2011, por lo que había muchas ganas de verlos. Ellos no defraudaron, nos pusieron a todos a bailar con su pop electrónico elegante, al igual que su puesta en escena. Los fragmentos instrumentales entre canción y canción fueron un gran acierto. De este modo cayeron temas como Some Written, The Bay o Corinne. Cerraron con una electrónica Loving Arm un concierto que presumiblemente se hubiera alargado más de no ser por las restricciones de horario impuestas por ayuntamiento de Madrid. Metronomy están de moda y tienen un montón de argumentos musicales para justificarlo.


Queda claro que el Día de la Música se ha consolidado como una refrencia a nivel nacional. Su mezcla de artistas nóveles, consagrados y de origen español ha dado grandes resultados. Todo ello viene acompañado de un recinto idóneo y de una administración racional de los recursos, ya que a pesar del incremento de precio de las entradas, hemos podido disfrutar de un gran elenco de artistas de un alto nivel.

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